miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una pobreza clásica

Ayer en el monumental se esperaba exactamente lo que se dio. Dos equipos en la ruina (futbolísticamente para ambos, económicamente para River), se cruzaron en lo que llamamos el clásico más importante del mundo. Al menos para los argentinos. La esperanza de que salga un lindo partido, o uno aceptable, desapareció en los primeros 10 minutos.
Los dos equipos mostraron lo mal que vienen en el torneo con muchos errores, sin una idea clara de juego, y mas preocupados por no perder que por salir a ganar. River fue mejor que boca, sin ser ni siquiera aceptable. Las pocas veces que los defensores fueron probados, perdieron. Acevedo y Almeyda no se compensaron bien. Lo mejor estuvo en las individualidades. Los “nenes” de River se animaron a encarar y encontraron ahí lo mas peligroso. Lamela y Pereyra ganaban siempre pero nunca podían completar la jugada. Pavone luchaba con Caruzzo perdiendo en casi todas y con foul, pero su presencia ya creaba sensación de peligro, sintiendo que cualquier error podía terminar con un gol del tanque. Ortega desaparecido, ofreció tan poco como venia haciendo. En Boca todo fue peor. Palermo no pesó, Mouche desbordó bien pero como nos tiene acostumbrados nunca tira centros a donde está el 9. Gimenez corre y lucha, pero sin juego. Méndez sigue demostrando que es el peor en el plantel, los firuletes ya no lo llevan a otra cosa que perder la pelota o que se le vaya directamente al lateral. Cuando Battaglia lucha solo en el medio, extraña a Erbes o a Medel que lo acompañe en la maratónica función de recuperar la pelota en Boca. Clemente ya está mas para pegar y pelearse, que para proyectarse constantemente y ser descarga en ataque. Ya tampoco marca mucho, aunque se lo comió a Ortega, siempre al filo de la expulsión. Cellay recién vuelto de la lesión, mete y mete pero le falta todavía para ver al que jugo en Estudiantes. Caruzzo de los mejores, que le toco jugar con la fea tarea de marcar a Pavone, y Garcia que sin mucho mas que poner las manos dio mas seguridad que Luchetti. No lo forzaron en ninguna salvo en el gol, todas las anteriores eran atajables. Lo bueno es que las atajo. Y así dos equipos de pura mediocridad dieron un espectáculo aburridísimo, casi peor que las novelas que se daban a la misma hora en canales de aire.
Del partido solo se puede destacar algún par de desbordes de Pereyra,y jugadas de Lamela. El resto, bien para el olvido. Solo el clásico con Merlo y Basile debe ser comparado con el bodrio de ayer. Riquelme fue la decepción de la tarde. No aguanto ni 10 minutos. Parado, sin movilidad, y sin ganas fue presa fácil de Acevedo, uno de los mejores de la cancha. Hace ya no tan poco tiempo, cuando Boca arrancaba a jugar mal, se le preguntaron a Riquelme si lo importante era jugar aunque se juegue mal. El 10 contestó: “Si ganas, es porque algo estas haciendo bien”.
Ayer River hizo solo una cosa bien, un cabezazo de un ex Boca tenía que terminar en la red. Suficiente para llevarse el clásico, respirar, y que por fin el Bichi se vaya a donde quería irse: A la tranquilidad de chile. Hoy los afiches no pueden reflejar mucho, por la posición de River. Pero vale destacar uno que me divirtió mas que los demás: “El día después de Maidana”. Creo que el cartel fue lo mejor del clásico.

1 comentario:

  1. Solo le pido a dios!!Que se mueran todos los bosteros!! Que se mueran para siempre! Para toda la alegria de la gente!!

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