Shrek 2: La continuación?

Hace un año y medio, a principios del 2009, se estrenaba Shrek en argentina. Una película llena de sentimientos. Arrancando con el amor, si, amor por la camiseta. Declaraciones publicas a montones de su amor hacia el club al que se incorporaba. Fotos con la camiseta de chiquito, historias de sus inferiores, y miles de entrevistas para ganarse al hincha desde el principio. Era una historia prometedora, con mucha amistad. Los Hinchas llevaban mascaras del dibujo animado y con carteles alentando al Ogro. Mucha ilusión y mucho deseo de triunfar. Pero como en toda historia pasa, siempre hay problemas. Primero empezó la noche. El “ogro”, se paseaba de Fiestas cual canción antigua decía “de Boliche en boliche”. La lujuria lo llevo a casarse rápidamente y a tener un nuevo hijo. Luego vino la gula. El ogro no paro de comer y engordo varios kilos. Tanto, que hoy en día lo rechazan en México por su pésimo estado físico. El ogro no tuvo final feliz. No levanto copa, ni gano torneos. Hoy se suma al recién equipo ascendido buscando un rebote en su carrera futbolística. Dejando el cine a lado, Fabbiani venia de jugar en Newell’s antes de pasar a River. La gente se ilusiono con haber encontrado el goleador que River perdió hace mucho tiempo. Sin embargo, los números no parecían prometedores. Mas allá de sus grandes torneos en el Palestino, Lanús, el Beitar, Newell’s y el Cluj consecutivos, Fabbiani no era el goleador que River necesitaba. Hoy en día Fabbiani tiene 56 goles en 174 partidos oficiales. Un promedio de 0.32 goles por partido.

Ya en el 2010, nos encontramos con un inicio de película similar. River sigue buscando a un 9 goleador, que le de la tranquilidad de que haga los goles hasta cuando no los necesite. Y en esa búsqueda, contrato a Pavone. Un jugador que no es de mi total agrado, pero que ha cumplido con buenas actuaciones. Fue campeón con Estudiantes en el 2006 en aquella final contra Boca, y Goleador en el clausura 2005 bajo la conducción de Merlo. En 2007 paso a Europa, buscando el salto de calidad. Pero su despegue del piso fue poco. Descendió con el Betis en mayo del 2009, y este año lo jugo todo en la segunda división española. Ni siquiera se pudo afirmar como titular. De estudiantes se fue con un promedio de 0.31 goles por partido.
Tras España, descendió a 0.26. Números parecidos al Ogro. Volvieron a aparecer las notas y las declaraciones de amor por la camiseta, los cuentos de las inferiores, y miles de entrevistas para ganarse al hincha desde el principio. Todavía no hay hinchas con mascaras de Pavo (cuac), pero se genera la misma ilusión que año y medio atrás. La historia parece volver a repetirse. Pero recién empieza y el rumbo puede cambiar. Esta vez, habrá final feliz?